Dicen que la distancia hace el olvido...
y conmigo lo que ocurre es que no vivo.
El deseo de verte en mi es tan fuerte,
que cada minuto, un siglo me parece.
Te recuerdo en la mañana y en la tarde,
y me duermo pensando con tenerte.
La noche para mi transcurre inquieta,
soñando que te abrazo y que me quieres.
Veo un mundo en una flor,
veo una flor de mundo,
y cada vez que la miro,
la envidio solo al pensar,
en la suerte que ella tiene,
por poderte contemplar.
Desde este mismo momento,
y sin pensarlo dos veces,
por la flor me cambiaria,
solo para poder verte.
No importa su vida corta,
no importa estar prisionera,
si a esa sencilla planta,
es mi amor la que la riega.
Cuanto daría Dios mío,
por poderme convertir,
en esa bonita planta,
si asi te acercas a mi.
JGL