Mis manos te buscan,
tu cuerpo entero dibujan.
Te palpan con locura
te deleitan con ternura.
Mi boca recorre tu figura,
desnuda tu espalda
cuello, dorso y cintura.
Encienden tu alma,
dulces gemidos proclama.
Mis labios despiertan tu boca,
te embriagan, tus suspiros sofoca.
Sedientos cuerpos enredados,
se queman, se aman, se adoran,
consumida en mi pecho haz quedado.
Tu olor en mi cuerpo impregnado,
es mi fortuna, mi tesoro anhelado.
La alborada inevitable se acerca,
Tu tersa piel me despierta.
Sé que tienes que partir,
te veré al ocaso, volveré a vivir.
En las mismas sabanas, ferviente
serás mía solo en sueños,
hoy, mañana y siempre.