*Llegué tarde* *Poema de Joreman* Llegué tarde a tu corazón mujer querida bella y hermosa Me cogió la tarde para llegar a tu alma, que revoletea alegre y misteriosa Ya soy un árbol viejo, caduco en su madurez, seco y sin ramas poderosas Y tú eres el árbol verde de los deseos, bella, atractiva, elegante y orgullosa Tarde llegué a tu precioso manantial cristalino y de aguas luminosas Y yo en un simple río turbio, opaco y de aguas lentas temerosas No te doy de beber de mis aguas contaminadas a pesar de tu sed ardiente y piadosa Llegué tarde a tu corazón, mujer esbelta, guapa y majestuosa Si tus labios arden en deseos, como quema el bosque con su llama calurosa Y los mios se fragmentaron, secos, sin saliva y sin el elixir de los sabores pegajosas Amar es tan bello y sencillo, que a veces se torna del palpitar presurosa Y llegar tarde es como sanar una cicatriz vieja, que una vez fue horrorosa Como surcar el mar en una barca rota, enmohecida, sin vela, ni timonel a la deriva tormentosa ----- Llegué tarde a tu alma, mujer bella, llena de placeres y bondades Sí mi espíritu se rebosó de miedos, de sombras y ansiedades Llegué tarde a tu jardín florecido y a las fragancias de tus majestades Me cogió la tarde para llegar al placer, a tu alcoba y al calor de tus intimidades Si tu rosa se confunde con la orquídea y de tu belleza elegante, llena de vanidades Apenas soy el tallo seco y espinoso, que sangra en llantos y debilidades Quise tener un amor, pero fui cobarde y no aproveché tus miradas, tus ojos gachos, tus señas qué daban oportunidades Así como los vientos de agosto elevan las cometas mostrando el colorido y el vaiven de sus novedades El mío es un viento huracanado, que deshilacha la cuerda, la piola y la cometa pierde la gracia y sus habilidades Tus aguas son transparentes y cristalinas, dulces en sus generosidades En cambio las mías, ya llegaron al mar embravecido y las cubrió la borrasca de las tempestades Llegué ya muy tarde a tu alba, a tu alborada y al amanecer de tus vitalidades Voy en el ocaso en la decadencia, en el declive de los arreboles, sin el candilazo, sólo y triste, lleno de incapacidades Llegué tarde a tu corazon, como se pierde la vista en el horizonte de las inmensidades Llegué tarde a la estación, cuando ya había partido el tren que llevaba tu cuerpo, lleno de alegrías y felicidades Me cogió la tarde y ya no hay ni fuerzas, ni soberbias, ni llantos, ni lágrimas, ni agresividades Sólo que llegué tarde, buscando un amor, un placer, sólo que ahora lo buscaré en otros lares, en otras posteridades, en otros infinitos y en otras eternidades. *Joreman* *Jorge Enrique Mantilla* Bucaramanga agosto 7-2024