Nadie te avisa de la parte mala de vivir,
nadie habla de los caídos,
de los que se rinden,
de la derrota,
de los suicidas,
de los que siempre hacen mal su apuesta.
Yo ya no sé a donde pertenezco,
ni si vale la pena tener fe,
andar a oscuras con los ojos vendados
no es lo mío.
Sufro por ti y por mí,
engullo sensaciones
que luego vomito en palabras,
aliviando la pesadez que a la vez me abastece,
surcando un cielo lleno de aves de rapiña,
esperando a que caiga
para avalanzarse sobre mí.
Tal vez no duermo bien por estar en guardia,
vigilando cada rincón de mi maltrecha mente,
uniendo el paraíso y el infierno,
y habitando fuera de ambos.
Tal vez esto deje de ser duro
cuando la sinceridad llegue en una nave espacial,
proveniente de una galaxia lejana,
e invada a cada ser pensante de este punto del universo.
Quiero un mundo de locos,
pero de locos sinceros,
no quiero esa apariencia perfecta
basada en falsas expectativas,
no quiero apoderarme de nada,
simplemente quiero que me digan,
¿cuál es el argumento real de este cuento?
¿qué es verdad y qué es mentira en este circo de leones mellados?