Prisionera, en la torre de marfil que construì para que no me encuentres. A salvo de tu mirada inquisidora, lejos de tus palabras urgentes. Como una muñeca pasada de moda, guardada en su caja original , con los ojos abiertos y los labios cerrados para no decir palabras de mas para no gritar ni aullar de miedo, para no llamarte cuando anhele amar. para no pedirle a nadie que vele mi sueño en eternas noches bañadas de sal. Quièn querrìa aferrarse a la muñeca inerte? con labios sellados de rojo coral? Las muñecas callan, no dicen, no sienten, no miran , no besan , no saben amar. Nancy Fuentes