La ternura, aunque no enciende,
el fuego de una pasión.
matiza la tersura de una caricia.
La ternura, aunque no empuja el oleaje del pleamar, que se desborda.
invita a deleitarse del beso entre el cielo y el mar.
La ternura, desaparece con la montaña que estremece.
para dar paso, a la flora silvestre perfumada que adormece.
La ternura, con su suavidad, difumina lo grandioso.
dándole delicadeza, al humilde detalle, a lo sencillo.
La ternura, se acerca a la sutileza del amor.
mientras lo refleja y deja traslucir.
La ternura, refresca el sol que calcina.
sobreabunda, la luna que subyuga.
disminuyendo el fuego abrumador, que abraza.
en cada leño que se consume.
La ternura ni se percibe, pero si resalta.
será el escondite.de aquel beso. de tu persuasión.
Bajo la luz de la luna, en cada pétalo de la rosa.
La ternura es todo y es poco, es eso que.
fortalece al anciano.
relaja diariamente, al niño.
¡desarmando el alma del cariño!
Dagny Meza