ENÉADA A LA ENÉADA

Cuando el mundo te conozca, no me olvides te lo pido;

tú brotaste de mi mente, como un pájaro nacido

del aroma de la selva, para cantarle a su nido.

Eres resumen del mundo que en los Montes de María,

el negro, el blanco y el indio poblaron su geografía,

entremezclando sus cantos, conviviendo en su alegría.

Gritando a los cuatro vientos tu raigambre americana,

sin olvidar que del verso nacido en tierra lejana

por leyes depreceptivate has convertido en hermana.