Aquella tarde que por vez primera, tus besos de hechicero
pintaron en mi cielo, el atardecer más bello
que pudo ver mis ojos, mi alma prisionera
quedó de tus antojos.
Y todas las alegrías del mundo, quedaron encerada contigo ¡sol mío!,
en este cariño profundo, que no da paz un segundo si tú estas ausente, y no puedo acallar mi pena ni hacer la angustia serena,
¡si hay un volcán en mi mente!, porque quisiera tenerte en una noche de luna y que el viento pregone
¡lo inmenso de mi fortuna!.
Ya que tu amor es mi esperanza, es manantial de ternura azul en lontananza, es ilusiones remotas que embellece mi vida como al mar las gaviotas.
Tu amor, será al final de mi camino un perfume de flores,
un rezo a mi destino,
un arco iris remanso de bondad, cuando eleve mis pasos hacia la eternidad.