Joven yo era y ame sin razón,
creyendo ser ella
la dueña a mi corazón,
me entregue de cuerpo y alma
y no puse objeción,
pasaron los años y ese amor
se perdió.
Jamás volví a verla,
busco consuelo con otro amor;
hice de mi juventud derroche
y la aventura, siempre me acompaño.
Creí saberlo todo
y ese todo me engaño,
juventud ilusa…
cuanto camino hay por recorrer.
Mas la vida te enseña
a saber reconocer,
que no hay prisa que valga
para correr,
todo a su tiempo,
no todo a la vez.
El viejo camina despacio
viendo por donde pisar,
el camino fue largo,
pronto lo va a acabar,
sigue siempre sus pasos
pues la experiencia
la traen con los años,
el tonto con su orgullo
se apoya,
no acepta consejos,
!cuanta vanidad!
se mira en su propio
espejo
y no acepta rivalidad,
!cuanta tontedad!
pues al final del sendero,
ricos y pobres,
sabios e idiotas;
en un cajón de terciopelo
iremos a parar.
Me encanto leerte de nuevo y no puedo contestarte a tu correo .....lo tienes lleno jajajaa Preciosa poesia y la vida nos da mil lecciones UN SALUDO Bast