Se yo Divino Señor,
que cuando llegue a tu puerta,
Tú ya la tendrás abierta
para que entre Salvador.
Pues San Pedro, Dios de amor,
a que le diste las llaves
me la abrirá bien lo sabes
para que llegue hasta Ti-.
Te diré-: Ya estoy aquí,
para que mis penas laves.
Y en tus más floridos prados
tu perdón y amor reciba,
mientras bebo el agua viva
que borrará mis pecados.
Mi alma con mi ser lavados
verán tu cielo de estrellas
con placidez, sin querellas,
donde bellos querubines
ángeles y serafines,
cantan melodías bellas
alabandote Señor,
y yo este recién llegado
limpio de todo pecado
viviré mi Redentor,
en tus brazos mi presente,
y mi vida,-ETERNAMENTE.
Virgilio
Alonso.
22/10/012
Jajajaja! Que wenaaaaa! Tu comentario es gracioso Hada, y el poeta que espera ir al cielo a buscar musas! Ni las querubinas se escaparan!se nota que a donde vaya, siempre sera poeta y no descansará. Ya me imagino a las querubinas enamoradas de El! Jajaja!