Su mirada me cautivaba, oírle decir "te quiero", sus palabras me encantaban, compartir con él era más de lo que esperaba, podíamos apoyarnos como nunca lo imaginaba.
Un día lo sentí tan cerca que podía percibir su respiración, fuimos dos niños que se dejaron llevar por la atracción.
No quería pensar que ocasionaría en mí una desilusión.
Tan sólo una vez probé sus labios, en ellos permanecí fascinada. Sentía miedo, aun así fue tanto el anhelo que cedí a sus besos, pero nada se logró, la inmadurez cerró las puertas de lo que podía convertirse en un gran amor.
Aun guardo el recuerdo de lo que una vez ocurrió, de la persona que con su forma de ser me enamoró, esa que una vez me besó dejando aquel momento grabado en mi corazón.
SireKrisstal