Si miras profundamente en los ojos de tu amor,
verás su alma, porque los ojos reflejan su espíritu,
verás su alegría de amar, su paciente paz,
su benigna bondad y su fidelidad eterna.
Verás el mar con sus aguas cristalinas, y verás
la belleza de todas las cosas, de su alrededor
verás la misericordia de Dios, que todo perdona.
Verás su gozo de vivir, borrando el dolor,
y recordando las cosas buenas y tiernas,
como el trinar de una paloma al amanecer,
como el vuelo de un par de gaviotas,
que planean y se aman a orillas del mar.
Te verás al atardecer junto a tu amor,
cuando pasaban, tomados de la mano,
soñando fundir sus almas para siempre,
en el cielo eterno, y al lado de Dios.
Lupercio de Providencia