Presten atención:
Se escucha el sonido
Tenue y cansado de una voz.
Pero cansado sin ese cansancio plomizo
Que detiene y aplasta,
Sino cansado de otro cansancio.
Es el sonido de una voz
Derramándose sobre ese silencio
Tan poblado de dolores minúsculos
Que tanto espaviento hacen
Donde hablamos sin decir nada.
Esparciéndose en el aparente silencio
De una intima y muy personal habitación,
Recorriendo sus oscuros rincones
Y sus blancas e inútiles paredes.
¡Pudiera ser mi habitación, o la tuya¡
Pero prestemos todos atención:
Se sabe que es una voz
De paso lento y sigiloso,
De paso firme y seguro,
De huella profunda.
De un sonido agudo, acusador.
De un sonido que no grita,
No hace ruido ni murmura,
Pero late, vibra,
Se siente.
Es una voz valiente
Y de muchos brazos
Pero es una voz callada
Tan callada como yo,
Tan callada como tú.