Se nos suelte el llanto.
Madre, tú, tu ilusión y encanto,
con paciencia pura de un amor inmenso,
tu rostro, suavemente arrugada,
sin más, imposiblemente, se nos va alejando.
Madre, tu, en tu día es tanto
que no encuentres fuerza en sonrisas juntas,
Madre, tu, que las promesas untas
en no irte nunca, en no irte nunca.
Ya no quiero un soplo, ya no quiero un canto,
que en tus cortos pasos y cansados rezos,
se congele pálido, sobre tantos besos,
y en un hondo ¡Eterno!, se nos suelte el llanto.
Salutación a mi Madre en su día, aún enferma, delicada de salud. Un eterno abrazo y mi amor inmenso.
LENIDAD DE VERSOS
EstertoR de AmoR
(Sánchez Riveros Yuri Leonard)
Mayo - 2008