CANSADITA ENCARNACIÓN

Qué bonita Madre mía

Encarnación de mi alma.

Qué bonita en la madrugada

cuando yo te acompañaba.

¿Vistes como estaba la luna?

¿Y cómo el lucerito del alba

como nunca titilaba?.

¿Y vistes a la nubecilla blanca

que de albahaca perfumada

con su pañuelito de blanco lino

a tu cara la enjugaba?

Y es que tú Madre mía

llegando a la Alameda Vieja,

te encontrabas ya cansada.

Cansadita y al mismo tiempo,

en tu alma deseabas

que la madrugada del Viernes Santo,

para ti nunca acabara.

Que fueron muchos los piropos

y saetas bien cantadas.

Porque la gente de este pueblo

te quiere como madre

y también por Soberana.

Pero yo no quiero verte

en San Miguel siempre encerrada.

Vente conmigo al alba.

A pasear por la mañana.

A tomarnos el cafelito

que tan rico por aquí preparan.

 Y luego te llevaré al campo

y también a las cañadas.

Para que veas entre los trigos

a la amapola colorada.

Para que veaslas marismas

de margaritas blancas sembrada.

Y también al lirio albo

al que “meaito” de zorra le llaman.

Y lo mismo al pajarillo

que alegre canta entre las ramas

del almendro del olivo……

de nuestra tierra bien cuidada.

Y corriendo entre las cepas

podremos ver a la perdiz

que de sus polluelos acompañada

buscando va a la lombriz.

Y luego cuando ya juntos

hayamos paseado un rato,

entonces a San Miguel

muy contentos regresamos.

Que la gente quiere verte.

Confesarte sus pecados.

Para que tú siempre clemente

se los dé por perdonados.

Pero yo de cuando en cuando,

cuando tú estés afligida,

te sacaré de tu Templo

para pasear en compañía.

Y perdona el que no vaya a verte

a tu Casa cada día,

pero es que sufro si te veo

en tu capillita metida.

Allí entre tanto cirio.

Entre tanta vela encendida

Allí a donde acudimos todos

a pedirte cada día

el perdón de nuestros pecados

rezando un Ave Maria.

 Perdóname Encarnación.

Perdona tanta osadía

de este humilde pecador.

Por no acudir al Señor

Y sí, a su Santa Madre María.

A María de la Encarnación.

Virgen pura inmaculada

y Madre del Redentor.

Y que en la fría madrugada

junto al Santo Crucifijo

cuando sale en procesión,

se le para el pulso al silencio.

Y todo el mundo calla

respetando su dolor.