Era amable, es amable,
tenia que saber que de niño,
me diera una sonrisa agradable
y por dentro guardar un mal cariño.
Era un llanto, es un llanto,
lo que aquí les cuento,
no lo aguanto tanto,
es maltrato de un alma de cemento,
amigos, es tristeza, es espanto,…
y mi Madre,… pobre Madre mía,
estuviera, no tan lejos de llorar,
cerca a la ventana,… sobre una silla,
con las manos, prontas a tocar
la cabeza de un infante… y decirle:
¡Hijo mío, no me veas sollozar!
Niño aún y nada prudente,
diciendo a mi Madre
cuando la veía llorar… y callarse
como el viento al pasar;
¡Mama! , ¿Por qué tus ojos se mojan?.
y con un nudo de llanto
que apuñalara el corazón,
me diga sonriente, siempre al responder:
¡Por nada, mi campeón,…
me hinqué la vista sin querer!
Eran golpes de mi Padre,
eran puños por crueldad,
que el cuerpo de mi Madre
soportaba con piedad,
ya no llora mucho, pues los años
la tienen débil, muy cansada,
alejada de mi Padre, como extraños
al anochecer y al llegar la alborada,
cuando ya no hay vuelta atrás,
está su campeón ya todo un hombre
y no permitirá un golpe más.
Pido me deje un mensaje privado mi amiga Ivette Rosario. Necesito su hombro :(
VERSOS HUMANOS
EstertoR de AmoR
Agosto - 2008