Me ha sido difícil
tocar una perla
en la profundidad
del abismo negro;
y jamás creeré
oler un flor,
en la inmensidad de una duna;
más aún,
no veo cosas extrañas
en torno a mí,
ni siquiera una loca estrella
enamorada de la luna,
por eso no puedo creer
haberte encontrado ahí,
como en un sueño
del cual no quisiera despertar,
por temor a pensar
que realmente se me esfume,
en lo más difícil de mi búsqueda
y mi suerte loca.
Me ha sido tan difícil
ver las cosas nobles
y ahora que el destino
agotó su audacia,
y que fácil te pude ver
a través de tus ojos negros,
será lo más improbable,
mientras viva,
encontrar a otra como tú.