Arrebato al día sus primeras horas, como al sol robo sus primeros rayos,
el fantasma de su recuerdo aparece de temprano e inyecta el miedo,
mas mi corazón en deterioro late lento, al ritmo que usted marca con descaro.
Apiadase de mí, yo se lo imploro, pues desde que mis ojos divisaron sus ojos no son mas que paisaje enamorado, y al susurrar la madrugada despiertan desvelados demandando auxilio, amparo.
Triste anda mi ser, que no es si no es con vos, mas con vos debe ser pues solo así, será superior.
Y en vos soy, como es el tiempo y el reloj, como es amor y corazón, y apiadase de mí, mas sin condición la amo, y en locura vivo, como un loco de amor.