A veces te llega "a plazos",
poco a poco, lentamente
a lo largo de los años,
los meses o las semanas.
Pero a veces, la "factura"
te llega toda completa,
de golpe y sin avisar
¡me refiero a tu salud!
No olvides que los excesos,
los descuidos, la imprudencia,
destruyen tu resistencia
con desenlace fatal.
Es de sabios remediar
mientras estamos a tiempo,
tu salud en todo momento,
siempre, la debes cuidar.
Para evitar los lamentos
inútiles, dolorosos
y, con frecuencia, espantosos,
que viven en agonía,
en una cama de hospital,
quienes con torpe alegría
su salud cuidaron mal.
Cuando, a través de tu vida,
no has sabido administrar
ese tesoro invaluable,
tarde o temprano, es probable
que te lo cobre el destino,
a lo largo del camino
o todo junto, al final.-
Eduardo Ritter Bonilla.
29 de Julio del 2003.