Recuerdo aquella noche, en que amor, te fuiste
Saliste de mi vida, pero amor,
el aire lo impregné de tu perfume
en él flotará por siempre el recuerdo de tu ausencia
En el espejo grabé tu imagen, que juega al escondite
por los rincones de la estancia solitaria y triste.
En nuestra cama guardé la forma de tu cuerpo,
para estar contigo hasta el último momento
la almohada perfumé, con el sabor a vida de tu piel,
la alfombra echa de menos tus descalzos pies ,
y la toco suavemente, para sentir tu dulce aroma,
me siento estremecer, siento que me toca cual galán a su paloma.
Tu deslumbrante mirada, y el brillo de tus ojos
permanece en cada joya que me regalaste gozoso.
Tu cinturón es como darte un abrazo en la cintura
y aferrarme a tersa piel desnuda de aventura.
Conservo un carmín rojo, amor mío
que vuelve a regalarme los besos que nos dimos
en los días calurosos del estío.
Espero tu regreso con locura y ansiedad,
te imagino un rayo de sol que me llega a despertar.
Chelo Álvarez.