Estos versos son dedicados a ella,
a la que en sueños solo existe,
a la que se cubre por las estrellas,
y a la que el corazón perdiste.
Te confieso esta nueva tentación,
de tocar su piel de su cuerpo desnudo,
perder en sus pechos mi corazón,
y por sus besos quedarme mudo.
Es algo que te tengo que decir,
se me quema la sangre por aquella,
no la he tenido pero la quiero sentir,
y robarle la pureza de una doncella.
Perdona esta insólita confesión,
esta ilusión que no me deja vivir,
es por otra mujer esta tentación,
que yo he comenzado a sentir.