Del claro de estrellas, que a tu silueta asoma
silente magnetismo de una senda probada,
al elixir que dios ha puesto en tu boca
cual una sintáxis de versares y hadas,
del lucero profundo, de la luna endiablada,
donde tus personajes, me sitúan sin celo,
a la química de tu piel que me viste de gala
cual fina ornamenta que apabulla mis cielos,
del brillo asido, de tus cabellos dorados,
fulgor del relámpago ardiente de un suspiro,
al éxtasis punzante de un calor fragmentado
cual el allanamiento eterno de un eterno gemido,
del resucitar un alma! que ya muerta, pedía,
el tiro de gracia que le devuelva aire nuevo,
al amor infinito que le das en cada día
cuando meces tus ojos, en los suyos...sin miedo.