Dirijo mis pasos a oscuras,
hacia la puerta abierta
y contemplo un tapiz de luz de luna,
que sobre el sombrío piso hacen piruetas sus rayos
coloreando la estancia del comedor.
Por entre ramajes de plantas
se filtran sus destellos ,
cediendo vida nocturna al ambiente,
que mis pupilas imaginan
dantescos pasos de hadas celestiales,
donde puedo divisar todo lo etéreo
del moblaje del recinto
que dormido, continúa cubierto
por ese don natural,
de la noche de primavera .
Deambulo por la galería
y mi cuerpo se enerva
ante semejante magnitud,
que diviso con el corazón palpitante .
Es la noche que acicala el lugar,
cubriendo de ilusión ,
este amado espacio
que me acompaña desde la niñez.
¡Oh prodigiosa luna
que puedes iluminar el alma
henchida de admiración! Mecha Foderé