Si me dices que de mi, tu estás sintiendo celos,
me obligas a pensar que te causo desconfianza,
tu impía necedad no provoca mis desvelos,
ni me lastima cuando me culpas de asechanza.
Creo adivinar que tu acusación es el fruto,
de una inmensa como vergonzosa cobardía,
culpándome sin pruebas, crees ser muy astuto
ocultando el motivo, de tu infame mentira.
Has olvidado acaso la embriaguez que sentías,
cuando nuestras almas confundíamos en besos?
Dónde y con quién buscas tener nuevas alegrías,
si he sido yo, la que causó siempre tu embeleso?
No finjas mas haciéndome, por Dios, sentir culpable
y hazte cargo ya, de tu proceder…deplorable
® Susana Valenzuela
21-09-09