No sé porque busco tu palabra
la única tal vez, que escucho sin dudarlo,
no sé porque te he entregado el alma
mi cuerpo y mi dolor, que no has dejado de mirarlo.
No sé porque abrazo tu existencia
sin dudar ni un segundo de mi horario,
no sé porque acaricios tus ausencias
ni tampoco sé, ni quiero hoy pensarlo.
No sé porque te miro de esta manera
con los ojos prestos a saborear tu día,
no sé porque me sabes a quimeras
ni tampoco sé, quiern eres todavía.
No sé porque te amo de esta forma
tan simple, precisa y sincera,
solo sé, amor, que no hay leyes ni normas
que me alejen de tí, en cada primavera.