Apuramos con lentitud,
el aroma más dulce de la vida,
apuramos los segundos,
los momentos,
apuramos nuestro amor,
como si fuera a esfumarse,
lentamente,
como un susurro leve,
que se pierde en las montañas.
Empezó cuándo empezó,
unimos nuestras manos,
y desde aquel momento,
nos quedamos solos,
juntos,
por esta senda interminable,
y seguimos avanzando,
apurando como si fuera un último trago,
nos distanciamos en algún momento,
y nos volvemos a unir,
con el placer de un madurado atardecer.
Y apuramos,
en este jardin nuestro,
como un mar que suspira,
como un murmullo de agua en el sueño,
más allá del sonido del viento,
de la llanura infinita,
y de la suave pluma,
de la amante caricia,
de la rosa perfumada.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!