Rodaba por mi mejilla una lágrima,
observe y, era increíblemente cristalina,
en él se detuvo el tiempo y mi mirada,
es solamente gota de agua, gota salada.
Para definir sobran las palabras,
es la esencia del dolor que me taladra,
expresa sentimiento en total silencio,
esa lágrima me recuerda el cansancio.
En el fondo rezonga un corazón herido,
añora aroma fresca de jardín dolorido,
esa lágrima recuerda todas las mentiras,
que está fresca aun, el órgano respira.
Pero el pensamiento se viste de blanco,
al orgullo le recuerda su antiguo flanco,
ordenándole que no deje escapar el amor,
y otra vez, no castigue al sueño con dolor.
No digas más, yo decido sobre mi destino,
es tiempo que acepte el regalo divino,
no deje que se escurra entre los dedos
el amor, quedándose sumido en llanto quedo.