Reina, tu voz repiqueteando en mis oídos
noche de duendes y silenciosas estrategias,
voces que interiores son aliadas y contigo
el placer de conocerte en tu alma de cereza.
Reina, preguntas que hoy parecen imposibles
empezar a sentir el rodeo de tu simpleza,
abrazar al viento con las manos y tu dime!
quien sino yo puede tener esas respuestas?
Reina, en tu escondite que al cuerpo le devienes
con prosas de apacibles razones interpuestas,
tu imagen es la semejanza y nadie te contiene
donde la fuerza decae cuando mueren las promesas.
Reina, el momento de encontrar el mirarte sin ataduras
con los ojos del alma, con la mirada y su rareza,
reina... el cielo nos devuelve el sentir de su locura
y quien sino yo, puede tener esas respuestas?