Bendito quien te trajo de su mano
perfumando mis días cual las flores,
adornando este cálido verano
regalando ternura, amor de amores.
Tienes niña, del rocío la frescura
que en gotas transparentes engalana,
cada sutil corola de las flores
que asoma presurosa en la mañana.
Dueña eres de un candor tan exquisito
comparable con mil nubes de algodón,
y envidiable es tu fuerza, tu entereza.
Tu alegría ,tu tesón es inaudito,
una dulce, una tierna, un bombón;
un ejemplo de vida en tu proeza.
®Susana Valenzuela
11-01-12