La vida es un laberinto,
de muchas puertas cerradas,
que indican caminos distintos,
buscamos todas las acertadas.
Y es que desde que nacemos,
nos enseñan a cruzar,
esas puertas que debemos,
al final solos llegar.
Nuestros padres fueron primeros,
en cruzar esos caminos,
y nos dejaron sus consejos,
para que hicieramos nuestros destinos.
A cada paso que vamos,
una a una vamos abriendo,
y a la vez que las cruzamos,
en la vida vamos creciendo.
Hay otras que no debemos,
ni siquiera intentar abrirlas,
pero hay pocos que no vemos,
la realidad con mentiras.
Y si llegamos a caer,
en uno de esos senderos,
donde podemos tambien ver,
personas con sentimientos buenos.
Que nos dan su buena mano,
como apoyo para levantarnos,
y a todos esos hermanos,
gracias por ayudarnos.
Tengamos siempre en mente,
que llegando a la ultima puerta,
para otros proximamente,
siempre seran abiertas.
Para que ellos mismos,
recorran esos caminos,
que nosotros recorrimos,
buscando un buen destino.
Y no ponerles barreras,
a todas sus ambiciones,
que busquen una carrera,
sin malas intenciones.
No nos quedemos en la mitad,
de ese largo camino.
la vida nos da una oportunidad,
de aprender y enseñarnos desde niños.