Al lado de la fuente,
como un exceso,
en medio de la frente,
niña,
me diste un beso,
y yo ví cielo abierto
y te planté dos,
contigo nunca acierto
niña,
¡vaya por Dios!
Y dos me devolviste,
dos bofetadas
dejando mis mejillas,
niña,
bien coloradas,
tan sólo pretendía
ser educado
y devolverte el beso,
niña,
por duplicado,
No tengo más remedio
y ser sincero,
¿que por qué te besé?,
niña,
porque te quiero,
aunque podría jurar
que te ha gustado
porque el segundo beso,
niña,
no has evitado,
no me mandes señales
con tu derroche
que duele equivocarse,
niña,
toda la noche,
Si no eres complaciente
para mis besos,
no bebas de la fuente,
niña,
de los excesos.