Quiero ser
fuego dorado que funde tu mirada,
alma errante de tus ideas oxidadas,
una palabra de cada frase hablada,
la causante de tu sonrisa anclada.
Quiero ser
suspense de historia inacabada,
ser la brisa de aquellas tardes olvidadas,
única dueña de tus pisadas,
culpable de cada una de tus rayadas.
Cómo me gustaría
tener junto a mí tu corazón
y liberarme así de esta prisión
en la que mi único delito
es morir por este duro amor...
Cómo me gustaría
dejar las dificultades atrás,
quererte abiertamente sin más,
mostrarte lo que soy capaz de amar,
curar mi perpetuo oy oculto pesar.
Por tí sería capaz
de cruzar mil veces cielo y mar,
de caer en los infiernos y volver a despegar,
de no volver a sonreir nunca más
si no es al gozar de tu acercamiento fugaz...
Sería capaz de cambiar cada rincón de mi personalidad,
de marcharme para ir donde tú estás,
de dejarlo todo para ir tras de un sueño,
un sueño en el que mi verdad también es tu verdad.
Cómo quisiera
que las cosas no fueran más difíciles de lo que son,
poderte narrar a la cara estos tristes cuentos de amor,
cuentos que me convierten en un problema sin solución,
cuentos que terminan dejando tatuado este dolor...