Absorta te contempla mi pupila,
mientras cae lentamente tu vestido,
y me deja tu hermosura, conmovido,
cual diamante luminoso que cintila.
El perfume que tu cuerpo en mí destila,
en mi olfato va quedando retenido,
y tu seno de alabastro bien pulido,
como un péndulo, en mi mano oscila.
En tus muslos de blancura alabastrina,
se pasean sin cesar, todos mis besos,
advirtiendo la pasión que se avecina.
Ya saciados mis deseos más opresos,
me dispongo a calmar mi furia loca,
en el mar profundo y claro de tu boca (2001)