Te apoderas de mi,
con todas las fuerzas de mi alma,
me arrebatas,
me haces fuego en tu casa,
y yo te miro como una niña,
que alcanzo su dulce más preciado,
esos ojos que me miran,
tan cerca mío,
me arrebatas el alma,
y no puedo seguir mis pasos,
me pierdo en laberinto de los sueños,
este amor infinito,
te seguirá por siempre,
siempre seré tuya,
aunque te cueste creerme,
mis ojos no mienten,
no se arrepienten de amarte tanto,
hasta la eternidad,
de tus secretos
allí me quedo,
en tu amor perpleja,
por amarte y nada más...
LUNAFRIA