¿Acaso nada queda de lo nuestro,
y es por eso que callas vida mía?
¿O es el juego malevolo y siniestro,
de esta injusta y perpetua lejanía?
¿Acaso fue tu amor cual mariposa
que nace y que se muere velozmente?
¿O solo fui en tu vida poca cosa,
como algo tan común e intrascendente?
¡Contéstame te pido...te lo ruego!
No alientes tu silencio en contra mía,
recuerda que te quise como un ciego,
sin ver por tu mirar, la luz del día.
No calles lo que puede ser mentira,
ni asfixies este amor que yo te tengo,
pues ya que en tu silencio mi alma espira,
sintiendo al desespero que detengo.
Confiesa que me quieres o me olvidas,
tan solo te suplico que me cuentes,
si yacen mis caricias desmedidas,
siguiendo entre tu piel, intermitentes.
No calles corazón, pues lograrías,
mi furia o mi despecho sin medida,
y entonces dulce amor, te perderías,
en esa parte oscura de mi vida.
Y toda nuestra espera y sufrimiento,
tan solo y sin dudar, serían en vano,
como un vulgar y triste sentimiento,
como una flor de abril, sin más verano. (2001)