Tocar tu piel, Besar tus labios, Sentir tu aroma, Palpar de cerca tu calor. Ebullir de tempestades que se acercan, Es rezar cada hebra de tu pelo, Es servir de piedra en tu cascada, es remover las entrañas imponentes y vívidas de un volcán a la espera. Una espera que me ata a cada fibra de tu enredadera Liviana, gruesa y profunda. Caminar por tus caminos sinuosos destilando húmedo arroyuelo el cual absorbo en cada movimiento. Respiro ese tibio Rocío que expiden tus besos y caricias, peinando cada árbol y cada hoja que en vaivén marino sopla mi verja. Canto a la luna, Canto al sol, Canto a las estrellas, Éstas se acercan como lobo suyo cuando el éxtasis me acecha. Vísteme de besos mi pradera, rocía mi húmeda caverna De tu blanca espuma, Ámame y seremos dos volando hacia el infinito lleno de estrellas.