Un apaño es este
venir a hablar del amor
habiendo ya
estado presente este
en esos escenarios
donde salen los actores
a interpretar
ese papel que les hace grandes.
Vuelvo a lo de siempre
a hacerme el pobre
en aquello de hablar solamente
de lo que le interesa
a mi mente,
que hoy viaja entre cascadas
y fuentes llenas
de luces que resplandecen,
de sirenas que duermen
en las costas doradas
donde el amor florece
en todos los corazones
y paraísos terrenales
con no más fruta
que un limonero y un aguacate,
con todo esto
formando parte
de mi bagaje de poeta
que hasta esta página se viene
me declaro en huelga intermitente
hasta que alguien,
venga a llamar a la puerta
para decirme
que ya está disponible
el altar de los sacrificios
para que ofrezca una dádiva
al dios inmortal de los amores.