Una mujer frágil es dueña de su fortaleza,
en sí misma, tiene el mundo a sus pies,
en su interior no sólo está el Don de ser realmente feliz,
Se encuentra la virtud de tener el desliz,
De hacer de su mundo, la felicidad de todos.
Una mujer frágil NO es aquella que llora, ni la que más sufre,
ni aquella con líneas de expresión en su rostro.
Es aquella que con su suave sonrisa y un consejo a tiempo
puede salvarte la vida, logra desnudar tu alma.
Una mujer frágil, no es aquella que más sacrifica sueños
por hacer felices a los demás.
Una mujer frágil no es la más silenciosa,
sino aquella que exculpe con su actitud, tu motivación a logro
y en su reflexión silente, hace conexión con la persona que ama.
Una mujer frágil, no es aquella que golpean y golpean es aquella admirada por su belleza y suavidad,
es aquella mujer de hablar despacio aunque de palabra firme,
es aquella de carácter que respeta y se hace respetar.
Bendito el hombre, que en su fragilidad se goza es tan frágil como ella, pues su esencia valora.
La acepta cuál es, de su fragilidad se adorna,
satisfecho de tenerla como su pareja, novia, madre o esposa….
Entiende que un pétalo se marchita, no por su fragilidad,
sino por alcanzar una etapa por la cual transita.
Sin embargo, en sus cuidados el buen jardinero,
Logra mantenerla por más tiempo,
en su propia fragilidad la hace más fuerte
tocando la música original de un susurro, de un presente
con una caricia, tan suave y tenue…..
Lucha a su lado emprendiendo en su compañía cada acción,
desde atenderse mutuamente, hasta devolverse cada caricia
cada palabra de amor que ella le prodigó en su atención.