Niña de bello semblante,
Que cierto día te miré;
Observé el cielo brillante,
Y con una estrella te comparé.
Niña de ojos divinos,
Que en un instante me cautivó;
Y como en un juego de niños,
Mi corazón por ti palpitó.
Niña de bella sonrisa,
Que deslumbra de pasión;
Como la gracia de la brisa,
Que me llena de ilusión.
Niña de fraguante corazón,
Deslumbrante tal cual arte;
Y que con tan solo mirarte,
Me haces perder la razón.
Niña de tibios brazos,
Que calienta mi corazón;
Cuenta siempre con mis abrazos,
Con mi amistad y bendición.