¡Tántos poemas escritos
alrededor del Amor!
no ya para describirlo,
(al Amor hay que vivirlo
en su idílico esplendor)
sino para, de algún modo,
rendirle el debido honor.
Pero en cada nuevo intento
siempre sucede lo mismo:
ese augusto sentimiento,
con su embriagador portento,
no puede ser abarcado
sólo con el pensamiento;
es el lenguaje un abismo
cuando menciona al Amor.
El Amor no se describe,
no se razona ó discute,
no se platica ó se cuenta,
basta con que el alma sienta
su presencia en su interior
y se borran las palabras;
palidecen los poemas
cuando, por amor, te quemas
en un fuego abrasador.-