El Sol se está levantando,
pero lo hace muy despacio,
los sabios lo están mirando,
pues no entienden este cambio.
Todos andan preocupados.
¿Es que se está consumiendo?
¿Dejará todo apagado?
¿Acaso se está muriendo?
Unos a otros se preguntan,
miran libros sin parar,
echan cuentas, restan, suman.
No paran de calcular.
La respuesta la ha traído
una niña, no muy grande,
que asomó al observatorio,
preguntando por su padre.
Sí, lento se ha levantado,
porque se encontró un reflejo
y se quedó obnubilado,
mirando en aquel espejo.
Un estanque, es el espejo,
donde la Luna se mira
y aunque el Sol esté muy lejos,
desde allí, callando admira.
Si con rapidez se eleva,
la dejaría de ver
y es que la Luna es tan bella,
que él le entregó su querer.
Y hoy que se han tropezado,
aunque sólo sea un momento.
¿Decís que se ha retrasado?
…no hagáis más grande el tormento.
Permitidles observarse
dejadles que se recreen,
hasta que puedan mirarse,
en un nuevo amanecer.