Morenamente bella,
me lo decìa una y otra vez.
Erà su màs fulgoroza estrella,
nacida a sus pies.
Asomado siempre su amor,
muy cerquita a mi ventana.
Un corazòn lleno de clamor,
salìa de su puerta gitana.
Aquel hombre que me queria,
¡Como nadie me ha querido!
vivìa yo para su alegrìa,`
¡Que tanto me lo decìa!
Peinaba mi cabellera,
con el cobijo de su cama.
Sus caricias siempre de primera,
rozando de amor a mi pollera,
con la cubierta de su alma.
En una clara mañana,
muy cerca de èl.
Me lloviò la pena,
su alegrìa ya era lejana.
El hombre que tanto ame,
se me iba en esa mañana.
¡Solo lo mire!
¡Solo lo bese!
Sus ojos duermen,
En los versos de mi ventana. SOL.