Otrora fantasma del pasado testigo de la vida,
reflejo del presente de la realidad inocultable,
memorando patético del instante indisoluble,
eufemismo de vanidades e insólita, (permanece ávida).
Vuelve convergentes en uno mismo los antepasados,
revelando primicia el soplo del momento sin cobardía,
solo en la memoria trasluce la soberbia ya en desidia,
sin premura espera y captura el contexto requisado.
Mientras nadie es presente solo eres cristal en soledad,
captor de mi pasado cárcel del presente vive con mi presencia,
revelador de la verdad, que también brilla en mi ausencia,
Espejo … ¿Que duende esconde en definitiva de la posteridad?,
quizás la cadencia del pasado absolutoria, de la desdicha en tiempo
presente, brilla definitivamente hasta se oscurezca el hipocampo.