Que grandiosidad, paz te han dejado.
Con las manos alcanzas el sol y la luna,
te recreas en los jardines. Pues hay una
mano que guarda, cada día tu pasado.
El ocaso del sol para ti, no es agonía,
un adiós breve que no oprime las sienes.
La noche acerca al amor. Siempre tienes,
aguarda tu llagada al morir el día.
A veces te quejas, (solo vanamente)
de repente recuerdas que has tenido
siempre, este amor en tiempo presente.
Consciente eres, que un día llegará el olvido,
es la razón que la sostiene animada,
entre flores, arrullándola mimada.