El planeta se estremece,
por el abuso de la especie
que con su avaricia sin limite,
como termitas que corroen la madera,
envenena el habitad de toda especie,
ríos y mares antes cristalinos,
hoy cubiertos de desechos
navegando por las aguas desafiantes,
¡el hombre! el que devora y se devora,
el que transforma y mata,
que se impone y arraza,
el que no escucha el grito de protesta,
y no ve lo que su irresponsabilidad desata,
el que no siente porque la avaricia lo aplasta,
al que no le importa el que viene.
porque la insensibilidad lo abraza,
¡volcanes! ¡terremotos! ¡huracanes!
calentamiento global, la capa de ozono,
es tiempo de medir las consecuencias,
es hora de respetar la madre tierra,
¡Otros tienen el derecho de
heredar verde el planeta!
Carlos R. Rosabal