Permitiste que rompiera el aire con mi aliento,
palpé ironías en un valle vasto de tristezas,
así miré a la gaviota volar contra el viento,
aún así, encontré una toga para tu belleza.
Era como recordar el cielo cuando te conocí,
llena de promesas, bálsamo de flores color rubí,
pensando que bajo la sombra de una rosa dormías,
aún recogiendo angustias que eran sólo mías.
Ahora sueño sueños de parques dóciles y fríos,
atados a la jugarreta de un niño y de su lloro,
cazando mariposas aquellas tardes que deploro,
entregando con amor, el dolor que es sólo mío.
Hoy te advierto mis años de recuerdos y mi vivir,
atino a pensar que ya tu me perdiste al azar,
porque con indiferencia dejaste los años pasar,
por aquellos espacios llenos de luces para asir.