Madre, la palabra mas dulce que pueda pronunciarse.
Tú mi madre, tan buena, tan humilde, tan discreta, tan dulce
que era un lujo por madre tenerte.
Eras agradecida, generosa y te quería tanto, que me duele el corazón
solo de pensarlo.
No te fuiste, pero si me dejaste, pues se te olvido que yo para ti era lo mas
importante. Se te olvidó que era tu hija, aunque con el mismo cariño me
mirabas, pero eso no me valía y me ponía desesperada.
Con mucho dolor recuerdo, la carita que me ponías cuando te reñía por alguna picia que me hacías, pues yo en esos momentos estaba de los
nervios, sin comprender porque pasaba esto.
No sabes lo que me ha dolido, no poderte pedir perdón cara a cara, por
las veces que te hubiera herido, y cuando lo quise hacer, (pues más tranquila me encontraba), tú ya no sabías de lo que te hablaba, así que
aproveché para darte besos y abrazos, y me mirabas y sonreías con esa cara tan dulce que siempre tenías.
Que dolor pasar trece años de tu vida con el olvido, pero hoy me siento bien de haberlos pasado contigo.
Luego te marchaste sin hacer ruido, con esa dulzura con la que habías vivido. Ojala, y yo lo creo que nos volvamos a ver, con mi amor y papa
que seguro juntos estaréis.
Muchas más cosas recordaría y te diría, pero se me nublan los ojos y de ello no puedo seguir escribiendo.
Te quiero mama.