Miel convertida en verso,
labios que saben a miel,
caudal de aventuras es tu cuerpo,
que cada noche me hace enloquecer.
Tu nombre me suena a gloria,
es mi constante despertar,
la ilusión de cada hora,
por quererte siempre besar.
mis manos recorren tus brazos,
tu rostro… sienten la suavidad,
de cada parte y cada poro,
de tu carne y tu respirar.
Te siento en cada impulso,
tu tenue voz angelical,
susurro nocturno…
pidiendo amor en cada resollar.
Eres y serás mi amor eterno,
la causa a mi felicidad,
el eclipse a lo imperfecto,
nuestro amor es astral.
Tu nombre llamo a cada
momento, cuando a solas me encuentro
y tu fantasma quiero besar,
pues tu amor llevo aquí adentro,
donde nadie me lo puede robar.