Hay cosas que se sueñan, como el beso
en una tarde gris de viento leve,
lo mismo que el amor cuando se gesta
dentro del alma, misteriosamente;
y se sueñan como una fuente clara
de ensoñaciones y placeres íntimos.
Rompen el ritmo al corazón que trina
como un canario y vibra de emociones.
Y son las mismas cosas, las de siempre,
las que estaban ahí, sin darnos cuenta,
las que nada decían, las calladas
que guardaban sus voces en las rosas
o las disimulaban en la niebla
siempre atrevida de la indiferencia.
Hay cosas que se sueñan como el labio
que rozó nuestra piel por vez primera
dejando su rubor como un recuerdo,
como simiente de un poema dulce
que encierra el alma sigilosamente
y lo repasa luego en solitario.
Cosas que saben a ilusión y crecen
y dan su fruto. Son como murmullos
que cada día oímos y nos llaman,
nos reclaman, nos urgen a la vida
latente en el candor de la esperanza
en ese idilio singular que pugna
por revelar su esencia milagrosa.
Todo se activa veleidosamente
en esa tarde gris de viento leve
en que el amor, dormido, agazapado
surge y se enciende como luna nueva,
como cálida y tímida fogata
que luego hasta en la sangre se refleja
y brillará por siempre intermitente
como un sueño de luz cuando se gesta
dentro del alma, misteriosamente.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC
No te quedó nada por decir,tus versos han bordeado mi alma... Gracias por estar ahí Heriberto Un abrazo campanilla