Encendida, luminosa,
radiante, tímida, bella,
así luce en mis jardines
para aquel que la contempla
una rosa que entre todas
las demás flores se eleva
majestuosa, caprichosa,
como si fuera una reina.
Sus pétalos como olanes
tienen adornos de perlas.
Perlas son que en la alborada
yo no sé de dónde llegan;
pero lo mismo que lágrimas
aparecen y semejan,
haciendo que más hermosa
mi linda flor aparezca.
¿Será que las flores lloran?
¿Será que su aroma entregan
con las ráfagas del aura,
uniendo perfume y perlas?
Hay flores que no se cortan
y mi rosa es una de ellas
y que aun, si las arrancas,
se callan y no se quejan.
Es así la rosa mía.
En mi jardín es de aquellas
que no deben arrancarse
porque la vida se juegan.
Yo no quisiera arrancarla;
pero tantos la desean
que al mirarla tan hermosa
¡qué tal si no la respetan...!
Heriberto Bravo Bravo SS.CC